10/12/2012 - El sueño
Amán pisó el acelerador hasta el fondo, desgarrando el viento. Podía maltratar el coche, chocarlo, volcarlo, como si fuera la versión más vertiginosa de sus juegos electrónicos, que lo apasionaban. ¡Total, a él no le costó! Nunca hubiera imaginado encontrarse un coche como ese, tan a la mano, con su dueño dormido, inconsciente, en una franca invitación a despojarlo de él, como lo hizo.
Recorrió algunas avenidas, llenas de coches parados, vacíos con las puertas abiertas, o con sus conductores dentro, recargados en las posiciones más cómicas o grotescas, sobre los volantes, las ventanas, los respaldos o de costado en los asientos.
Para qué preocuparse en investigar los motivos de ese juego. Amán solo se abandonó en ese placer desconocido. Sin preocuparse por agentes viales, ni policías, ni siquiera por el castigo que le impondría su padre, al enterarse, ni por la tristeza que sentiría su madre. Pues, difícilmente se le presentaría otra oportunidad, de pilotear un deportivo como ese, ni soñando.
Subió el volumen de la música casi al máximo. La pieza “techno” retumbaba, estrellándose en bardas, paredes y asfalto, creando un remolino enloquecedor y envolvente, al que él se sumaba con gritos y alaridos, mientras que alcanzaba una de las orillas de la ciudad. Virando en una violenta maniobra, al fin tomó la carretera sur, junto con el atardecer. Ese fue el último de su vida.
Se internó en un ambiente de oscuridad, vacío, soledad y silencio. La luna, las estrellas y el sol desaparecieron en el mismo acto, arrancando también de la existencia al tiempo. Amán sintió como el pánico sustituyó la emoción y la adrenalina, que con tosquedad le ordenaba sujetarse al volante y solo mirar, aniquilando su posibilidad de controlar ya nada.
Quedó secuestrado por esa emoción, muy superior a su capacidad de impedir lo que estaba sucediendo. Pasaban a los costados del coche, secuencias de imágenes desastrosas: tormentas, inundaciones, congelaciones, ciclones. Se estrellaban en el parabrisas todas las miserias humanas, acosándole. Después, rostros desfigurados y desvalidos por sus infortunios: hambre, sed, cansancio, enfermedad.
Amán desbordó todas sus emociones, a través de carcajadas, gritos, exclamaciones y chillidos, en una catarsis incontrolable, hasta sofocarse. Extenuado, soltó el timón y se echó hacia atrás sobre el asiento, soltando los brazos sobre sus piernas, para llorar, casi sin fuerza, jadeante y vencido.
Cerró los ojos, hizo un balance de su esencia, vio cada uno de sus continuos actos de irresponsabilidad, egoísmo y anarquía, hasta que llegaron las brumas, que con movimientos ondeantes y muy suaves, desprendieron todas sus emociones negativas, sembrando en ese mismo espacio, brotes diminutos de amor, serenándolo en el acto.
El coche, fue disminuyendo la velocidad, hasta parar ante un letrero: ¡Bienvenido a tu muerte dulce!
Al apearse Amán para corroborar la leyenda, ¡despertó! Vio que se encontraba en su cama y en su casa. – Fue un sueño -susurró alentado-, pero con una velada desazón.
Sara nos deja un bonito relato, en el que las emociones, rostros y actos se encuentran en un sueño.
ResponderEliminarUn beso.
Bonito relato porque fue un sueño, pero hay muchos que vasn así y no es un sueño es la puera realidad.
ResponderEliminarMe ha llamado la atención, lo bien que se describe en este relato que el escenario del horror y del terror, que provoca en la persona, un miedo y un frontal rechazo a vivirlo. Detalles espeluznantes, que solo una persona que sabe escribir muy bien, describe. En cambio, el final me ha resultado demasiado flojo. Demasiado comprensible.
ResponderEliminares solo una impresión banal. Nosooy para nada una persona entendida
Entiendo lo que dices Montserrat. A mi también me parece un estupendo relato con un final que creo que tiene su propia explicación como integración en las crónicas. Voy a esperarme por si Sara quiere dar alguna opinión al respecto y en caso contrario daré yo la mia. ¡Que tiemble el mundo que soy peor que Risto Mejide!.
ResponderEliminarGracias a todos por vuestros comentarios.
Y comunicar que este pequeño rincón ya ha llegado a las 1000 visitas. Creo que no está mal para un sitio de estas características.
Un fuerte abrazo
ME gusta me gusta. Es realista y ala vez no. Por una parte, ciertamente algun que otro pensaría que el fin del mundo es un momento ideal para dejarse llevar y hacer todo lo que a uno le hubiese gustado hacer. Y por otra aprte es un sueño. Nada más faltaba que en lugar de Amán, el personaje se llamase A. Resines jajajja
ResponderEliminarEsto último es broma. Muchas gracias por volver a dar vida a la muerte dulce, pues hacía unos días que ya no ocurría nada interesante por aquí.
Un arbazo!
Hola María, muy agradable tu comentario y muy alentador, siendo tú, tan buena escritora, gracias y un beso.
ResponderEliminarHola Pakiba, lamentablemente es como díces, hay historias peores que las pesadillas y a veces, ni como cambiar el rumbo de esos personajes. Gracias por comentar.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Montserrat, me halaga mucho tu comentario, pues lo leíste a fondo.
ResponderEliminarEs una crítica muy acertada que analizaré también cuidadosamente, para ver si cabe otro desenlace que no sea banal.
Aunque, el climax lo decidí antes del final, porque este relato se relaciona con el relato final.
Muchas Gracias, un beso.
Jose Vte. Todo mi agradecimiento por tu defensa tan amable. No me siento mal por recibir crítica, al contrario, creo que Montserrat preocupada por que tu proyecto, salga de la mejor forma, está cuidando todos los detalles y es una contribución muy valiosa, la que nos hace. A la vez, a mi me ayuda mucho a crecer, pues ella ha sido muy objetiva y atinada.
ResponderEliminarUn abrazo muy grande.
Hola Gabriel, que comentario más amable e interesante. Se dio el gusto Amán de hacer de todo, que si ya casi terminaba con otro nombre, jajaja.
ResponderEliminarNo sé... me resulta algo difícil tratar de intercalar un relato relacionado con algo ya escrito, creo que ha sido un reto grande, sobre todo con un tema tan fantasioso.
Gracias, un beso.
Una versión realmente vertiginosa de un sueño adolescente, pues que la desazón le sirva para cuando tome un real volante...
ResponderEliminarEs muy bueno Sara, estás a la altura Chica, por algo te invitaron...
Besos
Gracias niña bonita, eres muy muy amable.
ResponderEliminarMuchos Besos.
Me transporto en ese viaje de imágenes, emociones y adrenalina. Y de la mano de Sara se reflexiona en buena compañía.
ResponderEliminarGracias a ambos por este lindo relato.
Un abrazo.
Creo que le sobra el final y me explico: al ir leyendo este relato, que resulta muy inquietante, creí que había muerto mientras conducía y no se había enterado. El acto en sí de su propia muerte carecía de importancia, ya que sabiendo el lector que sería inevitable por el virus de la muerte dulce; pero lo sublime y magnifico es que entra en el "territorio" de después de la muerte como si siguiera vivo. Y es aquí donde ve y siente todo lo que describes tan magníficamente.
ResponderEliminarYa te digo, yo hubiera quitado el último párrafo.
Te felicito por esta magnifica aportación.
Un abrazo
ibso
Enhorabuena Sara, yo creo que la polémica cuando es positiva siempre es una buena manera de motivar al lector y promocionar la obra.
ResponderEliminarVoy a entrar un poco también en el debate creado para defencer ese final, pero eso si, no ejerceré de Risto y será mejor, jeje.
Como ya ha quedado dicho y en lo que estoy de acuerdo, es en que el texto está muy bien hilvanado. Luego Sara ha querido darle una vuelta de tuerca, y esta sólo es posible descubrirla cuando se terminan de leer las crónicas, por eso le ha puesto una fecha próxima a la resolución de la historia, para que cuando se llegue ahí, se recuerde que la historia tenía algo de premonitoria.
Es decir, Sara muy habilmente nos hace un guiño con un personaje esencial, lo presenta y lo deja ahí. Sacrifica un tanto el final redondo de la historia para que ésta pueda quedar mejor integrada en el colectivo final.
Es un poco lo que también quiso hacer, aunque de forma contraria Gabriel Ibrahim con su tremendo relato "Os ruego me disculpen" , convertir el relato en parte indisoluble de las crónicas.
Esa es mi opinión, y yo les aplaudo por su valentía y buen hacer.
Un abrazo a todos y gracias por participar.
Cecy: Gracias a ti, por regalarnos parte de tu tiempo en esto, y por tu comentario. Un beso.
ResponderEliminarIbso, gracias, yo creo que si hay que hacer un buen ajuste al final.
ResponderEliminarEsto me dices:
"Ya te digo, yo hubiera quitado el último párrafo."
Por supuesto que tomo muy en cuenta tu opinión... Veamos como puede arreglarse, sin que deje de estar relacionado con el final, que ya fue escrito por Jose Vte.
Pues Amán no puede morir en mi parte de narración... ya que es el último personaje de toda la historia. Y lo mío es un sueño previo.
Gracias, un beso grande.
Jose Vte. De nuevo gracias. Ya Hoy hemos hablado todo el día tu y yo, así que es poco lo que tengo por decirte... Pero, si estaría bueno unos días después releer lo tuyo y esto, para ver de que forma lo hacemos que encaje como debe ser.
ResponderEliminarYo creo que si convenía hacer la polémica, para resolver mi final, que le debe brindar el turno adecuadamente a tu parte.
Besos
Me ha gustado este relato. Muy bien narrado. Felicidades a su autora.
ResponderEliminarUn abrazo
El sueño te enfrenta a tu propia vida para darte la oportunidad de replanteartela.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Besos.
Hola Sara.
ResponderEliminarMe ha gustado este relato, ademas de enseñarle predencia al personaje, le advierte del peligro que puede tener en la realidad si actua incoscientemente, le hace notar que el amor es una importante parte de la vida.
En los sueños si nos da información, que de comprenderlos bien nos sería muy util en el andar diario.
Un abrazo.
Ambar.
Nocheinfinita:
ResponderEliminarEs muy agradable lo que me dices, muchas gracias.
Un beso.
ion-laos, ne alegro mucho, esa es la propuesta.
ResponderEliminarBesos.
Hola Ambar: Como es necesario que nos detengamos para tomar en cuenta su significado, ¿verdad? seríamos quizá un poco más prudentes y amorosos, como bien lo dices. Gracias por tu comentario tan atinado.
ResponderEliminarBesos.
Hola José Vte.
ResponderEliminarMenos mal que sólo fue un sueño.
Sabes ya tengo el detalle de Montserrat Sala, que me dió en la quedada de Barcelona.
Lo he fotografiado y puesto al lado derecho de mi blog, enlazado con el de ella.
Muchas gracias. Cuando he vuelto a pasar por la tienda de tu hermano, justo acababas de irte.
Esto me pasa por ir como un bólido.
Bueno pues repito muchas gracias.
Un abrazo Montserrat
Si, por poco no hemos coincidido, ya me lo han dicho mis hermanos. Me alegro que ya vuelvas a tener el regalo que por cierto luce bien en tu blog.
ResponderEliminarUn abrazo
Magnífico relato... y coincido con Ibso, yo quitaría la última frase :)
ResponderEliminarabrazos para Sara y para ti :)
YO NO LA QUITARIA, DE HECHO ME HE METIDO TANTO EN LA LECTURA, EN EL SUFRIMIENTO DEL CHICO, QUE ME HE ALEGRADO ENORMEMENTE CUANDO HE SABIDO QUE ERA UN SUEÑO, UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD PARA PENSAR Y APRENDER A VIVIR.
ResponderEliminarSALUDO.
MARIAN
Hola
ResponderEliminarEstupendo relato, vengo del blog de Mari Carmen y me quedo por acá.
La verdad es que Dios le dio otra oportunidad, a mucha gente no le pasa y terminan malogrando su vida.
Un beso
lujanfraix.blogspot.com
Mariluz:
ResponderEliminarSi lo estoy analizando... Gracias. y un beso grandote.
Hola Marian, quieres final feliz, como yo al escribirlo, pero... veremos, a ver como conviene más con la historia total. Lo estamos valorando. Gracias por tu opinión.
ResponderEliminarY recibe un beso.
Hola Lujan felix, encantada de conocerte. Mi agradecimiento por tu amable y estimulante comentario. Siempre es buena una segunda oportunidad, pero mi duda es ¿la sabrá aprovechar? Ya eso no nos corresponde a nosotros ¿verdad? bueno, déjame ver en que queda.
ResponderEliminarUn beso.
Hola José, gracias por tu visita, ha sido un placer comentar.
ResponderEliminarHace un rato he estado por aquí, pero los duendes "internentiles" han hecho de las suyas. Ahora sí, ahora me quedo.
Saludos.
Hola José
ResponderEliminarGracias por pasar por mi casa y por quedarte.
Eres un privilegiado por conocer la casa de Rubén Darío, pero sabes yo soy amiga de su bisnieta que vive en Argentina.
Es una persona sencilla, culta, y se encarga de llevar su obra por el mundo. Trabaja en la embajada.
Besos
Buen relato Sara,para meditar,un placer leerlo,un abrazo.J.R.
ResponderEliminarHermoso relato de Sara. ¡Bellísimo!
ResponderEliminarUn mal sueño con un gran final, el de despertarse. Saludos cordiales de la Sociedad Argentina de Escritores Filial Villa María - Córdoba.