10/11/2012 – Almas de
ceniza
¡Qué difícil
levantarse cada mañana para vivir una vida sin sentido, sin futuro, sin
ilusión, sin esperanza… una vida de muerte!
Hemos intentado
mantener la calma y continuar con el protocolo habitual durante todo este
tiempo, desde que el VMH-07 empezó a propagarse y a sembrar el planeta de
víctimas mortales. Ahora ya no es posible. El terror nos está paralizando a
todos y aunque la idea de un mañana inexistente nos hace pensar en arrojar la
toalla, en abandonar la lucha, no nos rendiremos antes de tiempo, tenemos que
seguir adelante… hasta el final.
El pánico a la
muerte dulce será aún mayor si las calles permanecen sembradas de cadáveres en
descomposición, los malos olores inundan nuestros hogares, el aire se hace
irrespirable y el solo hecho de pisar la calle se convierte en un espectáculo
dantesco; es nuestra obligación encargarnos de las víctimas y eso haremos.
Hace ya tiempo que
se ha implantado el plan de contingencias para grandes catástrofes, pero esto
desborda todas las previsiones.
Las brigadas para
la recogida de cadáveres son insuficientes, necesitan ayuda, cada día más
ciudadanos se ofrecen voluntarios para retirar los cuerpos sin vida que se
agolpan en las calles, en los parques, en las puertas de nuestras casas…,
después son trasladados a las plantas de incineración, ya no damos tiempo ni a
que se enfríen; hay hornos crematorios improvisados por todas partes; en
cuestión de segundos se convierten en polvo, tan solo una breve explosión, un
fogonazo y un calor insoportable.
Tras cada hornada
unas horas grises de desolación en las que el sol se oculta tras una nube de
muerte.
El tiempo se agota,
nadamos contracorriente.
Soy el único trabajador que queda en la
planta; intentaré mantenerla en
funcionamiento, no sé por cuanto tiempo…
Tremendo relato Teriri, creo que le da una visión mucho más realista y dura a la angustia que produce una situación apocalíptica como la que quieren trasmitir las crónicas.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, ya te lo dije, y el final genial como la mayoría de los tuyos.
Muchas gracias por este nuevo relato que casi da por finalizadas las crónicas. (Aunque hay una pequeña, pequeñisima sorpresa)
Un beset.
Apocalipsis total, pero ¿aun quedaba alguien vivo? estremecedor panorama, no me gustaria estar en la piel del ultimo enterrador..
Eliminarexcitante.......
Saludos
Muchas gracias a ti, José Vte. por brindarnos la oportunidad de participar en este maravilloso proyecto que ya sabes que me encanta.
EliminarEs un relato angustioso, tremendo y duro pero en mi modesta opninión también una visión necesaria del apocalipsis que se está viviendo.
Julián, estamos en noviembre todavía quedábamos algunos vivos... aunque pocos... gracias por tu comentario!
Besos a los dos.
Tremendo. Lo que queda después de la tragedia, y en este caso sin salvación. Horrible, pero bien descrito. Creo que si que es muy bueno para cerrar esta propuesta.
ResponderEliminarHola Juan Carlos!
EliminarMuchas gracias por pasarte a leer el relato y dejar tu comentario.
Sí que es horrible pero la situación que se plantea lo es también y mucho.
Muchos besos!
Es una historia tan trist, con un futuro corto por no decir casi inmediato...pero hay un detalle que me emociona, y es que la gente se solidariza para ayudar aún en esas condiciones donde el mundo se extingue...
ResponderEliminarBesos
Quizá en las situaciones tan extremas nos unimos más, nos hacemos más solidarios... la muerte nos iguala a todos, nivela diferencias...
EliminarGracias por pasarte y comentar.
Un beso.
Mientras haya tan buenos relatos de la Muerte Dulce, creo, Jose Vicente que deberias de replantearte su cierre. Este de Teresa Oteo, es genial. A todas luces te lo has de pensar, porque este espacio, ya se ha convertido en un clásico.
ResponderEliminarfelicidades a los dos.
Muchísimas gracias por la parte que me toca Montserrat, no puedo estar más de acuerdo contigo en la cantidad de buenos relatos que pueblan las crónicas, no sabes lo orgulloso que estoy.
EliminarDe todas maneras y a pesar del éxito que creo ha supuesto, tengo que cerrarlas, es a lo que me comprometí desde el inicio, el hacer un libro de ellas y es en lo que me voy a centrar ahora mismo. Luego, cuando esté terminado, tengo otros planes que me impiden seguir llevándolas.
Mi agradecimiento sincero a todos los que habéis contribuido.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias Montserrat! Me alegra mucho que te haya gustado. Yo creo que José Vte. tiene que ir pensando en las "Crónicas 2ª parte: el día después" y ahí estaremos con nuestras historias y nuestra imaginación .
ResponderEliminarMuchos besos.
Muchas gracias Teriri, pero ya sabes que no puedo, aunque te agradezco el interés y la intención. Y yo lanzo la pregunta ¿porqué no coge alguien la continuación?. Esto es simplemente cuestión de paciencia para ir recibiendo relatos poco a poco, nunca darlas por terminadas aunque pase el tiempo y no lleguen, escribe uno un relato para mantenerlas vivas y un poco de promoción y sin duda que con el talento que hay por ahí, van llegando.
Eliminar¿Alguien se anima?, jeje.
Un beset, que eres un cielo.
Yo los retos de uno en uno, valenciano! pero sí que sería una idea interesante la dejamos aquí en el ciberespacio a ver si alguien la recoge.
EliminarUn beso enorme.
Una imagen desoladora, no quiero ni imaginar algo así, el vivir sin esperanzas respirando la muerte por todos lados, juntando lo que va dejando la epidemia.
ResponderEliminarUn relato que deja una sensación amarga de desesperanzas.
Un besote.
Es cierto, pero las esperanzas en esta historia hacía tiempo que ya se habían perdido.
ResponderEliminarMuchas gracias, Sindel.
Muchos besos!!