viernes, 13 de julio de 2012

05/10/2012 - El indio


  Versión original en catalán

(Relato aportado en doble versión)


                 05/10/2012 - El indio 
                                   (Inspirat en un relat de J.L.Borges)


(Aportación de Montserrat Sala del blog Refexions en veu alta)   




Segóns la magnífica historia del autor, aquell indi, va ésser retornat amb els seus pares verdaders, mitjançant unes informacions que els hi havien arribat, per boca de l’ultim correu que hi van enviar, per saber si estave en poder, d’aquella tribu.

Mai van perdre l’esperança de retrobar-lo. I ell en veuere’ls va reconeixer, la casa y els persones que l’habitàven. En va estar del tot segur, el dia que va trobar, un petit ganivet, a un forat del mur de pedra, de la cuina. Havia estat allà, des de que ell matiex,l’hi possà abans de que sentís aquella olor tan forta de palla creamada, i els crits esgarrifosos d’una dona, que mai va saber d’on venien.  Una foscor molt gran, amparave aquells records i no va trobar la manera, de poder endinsar-se dins els passadissos estrets i tenebrosos de la memòria.

Molt temps havíe passat, i fins ara, no havie sospitat, ni el qué, ni el quan, ni el perqué d’quells pensaments, que el turmentaven. Ho havíe intentat tantes i tantes vegades, però, infructuosament. Mai l’hi va esser posible

Crescut al ràs, estave acostumant a dormir i viure sense sostre. Gaudia de  llibertat total, com el séus germans del poblat, fins el moment, de anar-s’en amb  aquells homes, que es cobrien el cap amb un barret i que tots anaven igual de tapats. Fins llavors, mai arribà a sospitar que ell fos diferent. No podie pas ser, aquell parlar tan estrany. que només entenia el mes vell de tots els poblats, i amb pròu feines. La llengua que l’hi parlàven, no l’entenia, però pensave que a lo millor es solucionaríen les seues cabories, que des de l’arribada del primer extranger, el corsecaven cada nit. Marxar del lloc que ere casa seua, i pensar en els perills, que podía correr, si s’en anava sense ni arc ni fletxes, i sense que ningú l’acomanyés. Va ser un gran repte, que si le presentà. Una lluita interior, que no podrie resoldre, sense l’ajud de moltes hores de silenci i d’escoltar la veu aquella que venia de dins, aquella que, sempre el guiava, pel cami a seguir. Si, aquella que moltes vegades, el treia de dubtes.

D’un costat, no volia fer mal aquell vellets, que s’el miràven, amb una devoció sense limits. Els seus ulls cansats, li pregaven  de quedar-se però quedar-se amb ells y viure estacat a un llit a uns menjars antinaturals, i sense poder fer el malón … I tantes coses, de les que en disposave lliuement; aquelles immenses explanades que eran el seu refugi i la seva casa. S’eixoplugave, sota els estels i menjava el que ell caçava.
Allá tornarie a gaudir del cavalls que ell mateix domava, pujar al galop, fer mil salts a pel, sentir sota les seves cames tota la força de la bestia, i el bullir de la sang i poder dominar-lo, i abraçar-lo, desprès d’una cursa; sí aquella que sempre guanyave.
No, no,  tot allò, no ho podíe deixar, de cap manera.

Passaven, els dies i com més temps romangués allà, mes forta seríe la sorregada.
Estave completament, frisòs per retornar a les seves montanyes. Alla on véia axecar-se el vol el condor, el tot magestuòs planejar de l’aguila reial. Allà òn el trò, resonave amb tanta magnitud i força, que entre aquells penyassegats, hom diría, que era l’esfondrament de la Terra. Aquell brogit ensordidor, era per ell, só de vida.
Tenie que pendre una decisió, i ho va fer. Perquè definitivament no es podía quedar. Tenia que trovar la manera però, de no ofendre als  seus progenitors. I pensava que com més ho allargaría, seria pitjor per tots.
 
Al dia seguent, de  bon matí entrà a l’habitació, ja vestit d’indi. Tors nú, amb totes les pintures i plomes que havia guardat sota un matoll, i que per ell representaven, el segell de la seva identitat, d’indi guerrer.
Es presentà devant d’ells amb un got de llet de búfal,  que havíe, munyit a la matinada, i el passà al pare primer que en begué un glop. Despres a la mare que l’escurà del tot. Ho van comprendre al instant.  
Els abraçà, cosa important, que havíe aprés de nou, i escoltá els darrers suspirs, que el van fer allunyar-se per sempre més.

 


 Versión en castellano



                 05/10/2012 - El indio 
                   (Inspirado en un relato de J. L. Borges)







Según la magnífica historia del autor, aquel indio fue devuelto con sus padres verdaderos tras la información que les llegó por medio del último correo que enviaron para saber si se encontraba en poder de aquella tribu.

Nunca perdieron la esperanza de recuperarlo. Y él al mirar reconoció la casa y a las personas que la habitaban. Estuvo del todo seguro el día que encontró un pequeño cuchillo en un agujero del muro de piedra de la cocina. Había estado allí desde que él mismo lo colocara justo antes de que sintiera aquel olor tan fuerte de paja quemada y los gritos escalofriantes de una mujer, nunca supo de dónde venían. Una gran oscuridad  amparaba aquellos recuerdos y no encontró la manera de poder adentrarse en los pasillos estrechos y tenebrosos de la memoria.
Mucho tiempo había pasado y hasta ahora no había sospechado, ni el qué, ni el cuándo, ni el porqué de aquellos pensamientos que lo atormentaban. Lo había intentado tantas y tantas veces, pero siempre fue infructuoso. Nunca logró recordar nada.

Creció al ras, estaba acostumbrando a dormir y vivir sin techo. Gozaba de libertad total, como sus hermanos del poblado, hasta el momento de irse con aquellos hombres, que se cubrían la cabeza con sombrero, todos cubiertos de igual forma. Hasta entonces nunca llegó a sospechar que él fuera diferente. No entendía nada de aquel hablar tan extraño que sólo comprendía el mas viejo de todo el poblado, y con dificultad. No entendía la lengua con la que le hablaban, pero pensaba que a lo mejor se solucionarían sus preocupaciones, que desde la llegada del primer extranjero le consumían cada noche. Irse de aquel lugar que era su casa, y pensar en los peligros, que podía correr si se iba sin arco ni flechas y sin que nadie lo acompañara. Fue un gran reto el que se le presentó, una lucha interior que no podría resolver sin la ayuda de muchas horas de silencio y de escuchar aquella voz que le venía de dentro, aquella que siempre le guiaba por el camino a seguir. Si, aquella que muchas veces, le sacaba de dudas.

Por otro lado, no quería hacer daño a aquellos viejitos que lo miraban con una devoción  sin límites. Sus ojos cansados le rogaban que se quedara, pero quedarse con ellos y vivir estancado en aquel lugar, atado a  una cama y unas comidas antinaturales, sin poder hacer el malón ..., y tantas cosas, de las que disponía libremente; aquellas inmensas explanadas que eran su refugio y su casa, con su techo de estrellas. Y comiendo lo que él mismo cazaba. Aquí no volvería a disfrutar de los caballos que él domaba, trotar al galope, hacer mil saltos, sentir bajo sus piernas toda la fuerza de la bestia y el hervir de la sangre,  poder dominarlo y abrazarlo después de una carrera, sí, aquella que siempre ganarían.
No, no, todo aquello, no lo podía olvidar, de ninguna manera, y no podía dejarlo.

Pasaban los días y cuanto más tiempo permaneciera allí mas fuerte serie la sacudida. Estaba impaciente por retornar a sus montañas. Allí donde vería levantarse el vuelo del cóndor, el majestuoso planear del águila real. Allí donde el trueno resonaba con tanta magnitud y fuerza entre aquellos acantilados se diría que era el derrumbamiento de la Tierra. Aquel ruido ensordecedor era para él: un sonido maravilloso de vida.

Tenía que tomar una decisión, y lo hizo. Al día siguiente, de madrugada, entró en la habitación, ya con sus escasos ropajes de indio. Torso desnudo, con todas las pinturas y las plumas que había guardado bajo un matorral, y que para él representaban el sello de su identidad de indio guerrero.
Se presentó delante de ellos con un vaso de leche de búfalo que había ordeñado en la madrugada y lo pasó, primero al padre, que bebió un pequeño trago, después a la madre que la terminó de beber de un sorbo.  Los dos comprendieron al instante.
Los abrazó, sintiendo lo importante que era para ellos este contacto, y que él había aprendido de nuevo. Y escuchó sus últimos suspiros que le hicieron alejarse, para no volver jamás.

Aportación de Montserrat Sala del blog Reflexions en veu alta


13 comentarios:

  1. Hola José Vte.
    Felicidades a Montserrat Sala.
    Me ha encantado.
    Lo he leido en catalán.

    Felicidades a ella y a ti muchas gracias por publicarlo.
    Estos días he tenido el ordenador en malas condicio9nes, por esto apenas entraba.
    Y en mi blog tenía acceso con el de mi hijo.

    Besos, Montserrat

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  2. Hola, Inicialmente estaba puesto un enlace para descargar un pdf con la versión en castellano, pero es verdad que daba algo de confusión. Para evitarlo he decidido colocar ambas versiones, en catalán y castellano, una tras de otra. Así se facilita su lectura por todo el que lo desee.

    Muchas gracias a Montserrat Sala por su amabilidad con el relato. Es una muy bella historia.

    Un abrazo a todos

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  3. M'ha agradat molt José. La llibertat per sobre de la comoditat, Viure rodejat de natura per sobre de viure tot tancat en les nostres cómodes cases.
    Una abraçada
    Carmen

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  4. Felicidades a los dos a Montserrat por esta bella historia y a ti Jose Vte porque sigue vivo el tema de la muerte dulce...¡y que no decaiga!...
    Espero y deseo que sigas bien.
    Besos a los dos.

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  5. Me ha gustado mucho el relato. Enhorabuena para los dos.

    un abrazo

    fus

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  6. montserrat, una sorpresa agradable, que bien escribes!!! Me gustó mucho el relato

    Una abraçada

    PD Jose Vte, me alegra leerte besotes

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  7. Buenas noches José Vicente: TE estoy muy agradecida por publicar mi relato en tu prestigioso blog. Has hecho una traducción impecable, y me ha gustado mucho la ilustración. Gracias por tu buena disposición y por ser como eres. Todo un caballero. Te envio mi admiración, y un fuertisimo abrazo.

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    1. Muchísimas gracias MOntserrat, la verdad es que me has ruborizado. Tu si que eres un encanto y una gran persona. Es un enorme placer poder conocerte.
      Y reitero mi agradecimiento por tu calobaración con éste magnífico relato.

      Un fuerte abrazo

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  8. Un relato precioso. Felicitats, Montserrat i felicitats, José Vte. por tu buen gusto.
    Un abrazo a ambos.

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  9. Yo lo he leido en castellano, reconozco mi ignorancia pero el catalán no lo domino.
    El relato me ha encantado,muy emotivo, fantástico Montserrat!
    José Vte. un gusto visitar tu casa, como siempre
    Besos a los dos

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  10. Un relato lleno de emoción, me resultó muy triste el final porque pude ver cada imagen a través de tus palabras.
    Me gustó mucho, te felicito.
    Un abrazo.

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  11. Juji. Celebro que te gustara el relato. Una historia singular sin duda, aunque facílmente previsible.
    Muchas gracias por tus amables palabras. Un abrazo.


    Teresa Oteo: has tenido mucha amabilidad, al dejarme tu comentario. No te había dicho nada porqué, creí que desde el blog de otra persona, en esta caso el de josé Vte., pero ha sido el mismo, el que me ha avisado, y por eso doy cumplida cuenta de ello.
    Muchas gracias, amiga


    Hola amiga Sindel: Celebro que te haya gustado, mi participación, en "La muerte dulce". Te doy las más efusivas gracias, y te mando, un fortísimo abrazo.

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